Los verdaderos amigos suelen contarse con los dedos de una sola mano (y sobran dedos). Porque un amigo de verdad no es el que sale a celebrar contigo o te acompaña en el éxito, es el camina contigo, codo a codo, por los senderos más complicados, llegando incluso a negarse a sí mismo solo por actuar en tu beneficio.
De esos amigos hay pocos, muy pocos, pero si tienes la dicha de al menos contar con uno, vaya que eres afortunado. Quien tiene un amigo guarda un tesoro. No necesitas contar con decenas de amigos, uno solo puede hacer la diferencia y marcar tu vida para siempre. El amigo de verdad enriquece el corazón, fortalece el alma y contribuye, en gran medida, con el crecimiento personal.
Si tienes amigos de este calibre, no queda más que levantar una oración de gratitud, porque has sido muy bendecido con su presencia en tu vida y alternativamente, seguro quieres enviarle muchas bendiciones celestiales a estos ángeles guardianes.
Mientras lees esta oración, piensa en ese amigo que tanto ha hecho por ti.
Oración de gratitud por los amigos
Querido Dios, gracias porque cada día me demuestras que hay bondad y amor en este mundo a través de los ángeles disfrazados de amigos que has puesto en mi vida.
Gracias porque me has rodeado de todo el amor que necesito colocando personas especiales a lo largo de mi vida.
Gracias porque cuando he tenido hambre, un amigo me ha dado de comer, cuando he estado triste, un amigo me ha consolado, cuando he estado estresado, un amigo me ha confortado, cuando he estado enfadado, un amigo me ha comprendido.
Querido Dios, gracias porque me has puesto en el centro del corazón de algunas personas, me has hecho relevante a sus ojos y me has convertido en su amigo.
Te agradezco por enseñarme a amar y ser amado a través de la amistad. Y con esto aprovecho para pedirte por los amigos que me has dado, gracias por darme algo tan valioso y tan puro como su amistad. Protege a mis amigos, concédeles los más profundos deseos de sus corazones, haz tu voluntad en sus vidas y que tu bendición los persiga, los alcance y los abrace.
Permíteme estar para ellos cuando me necesiten. Que cuando tengan hambre, yo les sacie, que cuando estén tristes yo les consuele, cuando estén estresados yo les conforte, cuando estén enfadados yo les comprenda.
Porque de esa manera seguiré entendiendo y les haré entender a ellos que el mundo es un lugar mejor si todas las adversidades se viven con amigos. AMÉN.