Muchos de nosotros nos pasaron cosas dolorosas que no merecíamos, pero me enseñaron que éramos más fuertes de lo que creíamos. Después de tantos golpes y tantas caídas, uno aprende a valorarse y a levantarse, y aquí estamos, con más fuerza que antes, gracias al Señor.
Muchos de nosotros nos hacemos la misma pregunta, ¿porque me pasan estas cosas a mí? Cuando hemos dado todo por ese algo o esa persona. La verdad es, que la vida está llena de retos y desafíos y desilusiones, y todos en algún momento vamos a salir lastimados. La diferencia radica, en poder salir adelante a pesar de las desilusiones.
El sistema educativo formal, conjuntamente con la educación que hemos recibido de nuestros padres, usualmente nos lleva por el lado de considerar a los problemas como algo que en sí mismo es problemático, algo que nos genera perjuicios y que, por este motivo, las personas, cuando tienen un problema, cuando escuchan la posibilidad de que pueden llegar a tener un problema, les agarra como una especie de pánico y de temor y no logran alcanzar sus metas.
“Un problema es siempre una oportunidad vestida con ropa de trabajo”.
Por supuesto que los problemas existen, dado que los problemas son dificultades que acaecen en nuestra vida y que se interponen con nuestras intenciones. Los mismos existen cotidianamente y son de distinta índole y de distintos grados: mayores, menores, de gran o pequeño tamaño. Los importante en este punto es nuestra actitud frente a ellos.
Lamentablemente, la cultura, el sistema educativo formal, nos dejó la marca y la triste enseñanza de que cuando escuchamos la palabra problema o cuando tenemos un problema, nos congelamos, nos quedamos duros y eso nos impide solucionarlo. El problema tiene que ver con algo que sucede en la realidad, pero nuestra actitud frente a él es lo que puede llegar a abrir puertas para que ese problema se solucione.
Todo problema o dificultad se realaciona con algo indeseable que sucede en la realidad, pero nuestra actitud frente a ello es lo que puede llegar a abrir puertas para que ese problema se solucion, sin que eso implique que lo indeseable de la realidad desaparezca.
Este tema está íntimamente relacionado con la temática De víctima a protagonista porque las personas que adoptan actitudes de víctimas usualmente tienen problemas que los persiguen por la vida en forma constante y están sin resolverse durante mucho tiempo. En cambio, las personas que adoptan una actitud de protagonista son las que tienen más habilidades para solucionar y superar los problemas que se les presentan.
Aprendiendo a superar problemas y dificultades
No se trata de pensar que estas personas, las que adoptan la actitud de protagonista, no tengan problemas, sino que los superan porque los enfrentan de un modo diferente. ¿Cuál es este modo? El modo es ver al problema como una posibilidad de tener que aprender alguna nueva habilidad para poder superarlo, es decir, la persona a la cual los problemas la congelan, la deprimen o la afectan mucho, ven al problema como un callejón sin salida, como una pared infranqueable que se les pone delante.
El tema aquí es que el problema no es eso, obviamente que hay problemas muy dificultosos y muy grandes, pero estoy diciendo que, gran parte de las posibilidades que tenemos de superar muchos de los problemas que nos acaecen en la vida, tienen que ver con cómo nosotros consideramos la realidad misma del problema. Imagínese si usted considera cualquier problema como una pared infranqueable que se le pone delante, difícilmente haga algo para tratar de superarla, para subirse, para rodearla o para salir del callejón en el que usted se ha metido.
Hay una frase de Jorbe Bucay que siempre me gustó porque es humorística pero a la vez tiene mucho de verdad, la frase dice: “Si no encuentra la salida, salga por donde entró”. Es decir, si usted entró a un lugar donde hay un callejón sin salida, quiere decir que por algún lado entró y en ese lugar por el cual entró no hay una pared, puede irse para atrás y salir por ahí. Este es un modo de cambiar la manera de pensar un problema.
Lo que se aconseja es encontrar esa manera creativa de pensar frente a las dificultades y los problemas de la vida, para que ya no los vea como una situación infranqueable sino para que trate de buscarle la vuelta de por dónde puede ir la solución y la superación del problema. A veces lleva más tiempo y a veces menos, pero no podemos quedarnos congelados y parados porque eso, seguramente, no va a ayudarnos a superar el problema.
Todo problema contiene escondida una oportunidad
Ver al problema como una pared infranqueable es casi seguro que lo va a mantener congelado y parado en su vida, va a tener el problema constantemente dando vueltas sin poder solucionarlo, y lo va a perseguir durante mucho tiempo.
Cambiar el modo de ver ese problema, que no sea como un callejón sin salida sino como una dificultad que se presenta a la cual hay que buscarle la vuelta y hay que hacer un trabajo para intentar solucionarlo, es un modo de pensar que nos abre muchísimas más posibilidades para poder superarlo o para hacer que el mismo se vaya minimizando con el tiempo de tal modo que nos afecte cada vez menos.