Si bien sabemos el origen de muchas frutas, verduras y hortalizas, no muchos conocen el origen de la canela y es que para ser sinceros no se habla mucho de ello pues aunque es muy común y muy utilizada por muchos no se le presta atención a su origen.
Este maravilloso ingredientes culinario tan bueno para la salud según se utilice, puede ser extraído de un lugar de donde nunca pesaste, por lo que hoy nosotros te queremos Decir de donde proviene.
La canela es en realidad la corteza interior secada y enroscada de una de varias variedades de árboles del género Cinnamomum. Estos palitos aromáticos tan utilizados por muchos en la preparación de algunas recetas culinarias, son extraídos de la corteza de una variedad de árboles que llevan por nombre Cinnamomum y se ha estado cultivando por siglos y se sigue extrayendo de a misma manera.
Tras siglos de cultivo, la canela aún se extrae de la misma forma sustentable: la corteza del árbol es retirada, pelada y puesta a secar, todo con las manos, para que después los trozos grandes vayan a los molinos para su pulverización y los pequeños se transformen en lo que las personas conocen como canela en trozos.
Ya sea que se requiera para hacer un té (excelente para los días de resfriado), un agua de arroz o para aderezar un platillo gourmet, no cabe duda que la canela es una de las especias imprescindibles en toda cocina. El simple hecho de imaginar el olor de las casas donde ponen a secar los trozos de corteza, provoca que quieras transportarte allí.
Sin embargo, hay una reflexión que es obligación hacerse. Tú, como consumidor final, ¿crees que la canela es barata?, ahora imagina todo el esfuerzo que emplean estas personas y el pago que reciben por materia prima por parte de las empresas que la empacan y venden a los comercios.
Después de todo ese trabajo humano usado para producirla, todo el esfuerzo y energía para enviarla a medio mundo de distancia, desearas terminar el video tomando una taza de café con un poco de esta maravillosa especia. Si este video me enseñó algo, es respetar y valorar una estilla de canela mucho más de lo que he hecho en el pasado.
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