“El momento en que me convertí en madre supe que había dejado de ser hija y nunca tuve todo más claro en la vida. Ese mismo momento fue el inicio de una nueva vida para mi tanto como para mi pequeña…”
Quizás está demás decir lo hermoso que resulta ser mujer por un sinfín de razones excelentes. Sin embargo, hay una de esas razones que resalta por todas las demás y es convertirse en madre. Tener una hijo es una de las cosas más hermosas que puede pasarle a una mujer en toda su vida y a partir de ese momento la vida cambia drásticamente. Pero hay que decirlo, tener una hija mujer, una princesa, es algo totalmente asombroso.
El trabajo de ser madre, como todas las madres ya sabrán, no es para nada sencillo y representa un desafío y una sopresa constante. Tener un hijo nos empuja ser mejores personas, mejores mujeres. También nos lleva a sobrepasar nuestros límites e ir cada día un poco más lejos que el día anterior. Así, vamos descubriendo que somos capaces de mucho más de lo que creemos.
Un vínculo que dura por siempre
Ella será tuya, tu princesa. No importa que le guste o qué prefiera, con cada una de sus decisiones te demostrará constantemente lo mucho que te ama como tu la amarás a ella. En ti estará el deseo de consentirla y mimarla todo el tiempo.
Te emocionará y te hará llorar de felicidad, de alegría. Te sorprenderás descubriendo también lo mucho que un bebé puede enseñarle a un adulto, aún sin siquiera saber hablar o caminar.
Especialmente las niñas tienen mucho en común con las madres, asi que siempre habrá algo para hacer, algo para compartir. A ellas les gusta hacer lo que hacen sus madres pero al mismo tiempo son muy cambiantes. Tu pequeña princesa cambiará de peluche preferido como de remera y eso la hará más tierna y hermosa aún.
Así como cambiará sus cosas preferidas también seguro de a momentos estará triste, a veces contenta y también enojada. Pero eso no importa porque una de las cosas más hermosas es estar ahí para tu pequeña cuando es necesario tanto conssolarla como reir juntas.
Luego crecerá rápidamente y cada día querrá parecerse más a su madre. Así la sorprenderás pintándose o poniéndose tu ropa y mirándose al espejo, algo maravilloso. Dicen que las niñas son de los padres pero te aseguro que para una pequeña su madre es el ejemploa seguir.
Simone de Beauvoir, escritora y filósofa existencialista francesa, dijo una vez: “Una hija es al mismo tiempo una copia de su madre y una persona totalmente distinta y única” y parece estar totalmente en lo cierto.
Ser madre de una hija es, definitivamente, una de las mejores cosas que puede pasarle a una mujer en su vida. Para terminar queremos dejarte algunos consejos que te ayudarán a disfrutar con tu pequeña y fortalecer la relación madre-hija.
Consejos para una madre que tiene una hija
1.Comparte todo el tiempo que puedas y haz de cada momento algo único e irrepetible.
2.Siempre recuérdale que puede contarte lo que sea, bueno o malo, y que tú siempre estarás ahí para aconsejarla y guiarla.
3.Siempre escúchala y presta atención a qué es lo que necesita, incluso cuando lo diga sin palabras.
4.Háblale acerca de quererse a uno mismo por lo que es y no por lo que los demás quieren que sea.
5.Explícale los peligros que enfrentará siendo mujer y cómo manejarlos.
6.Acuérdate que la experiencia es importante, déjala que haga su propio camino también.
7.Enséñale todo lo que puedas para que se convierta en una mujer fuerte, con carácter y victoriosa.