
Tras ser obligado a deshacerse del felino, Martín, una persona indigente, nos dio una lección de nobleza al darle una nueva oportunidad y conservarlo.
Estamos en tiempos difíciles y es momento de cuidarnos entre todos para prevenir que la situación de la pandemia se vuelva cada vez peor. Sin embargo, los animales no corren con la misma suerte y muchas veces dependen de nosotros para tener una segunda oportunidad en la vida.
Así es la historia de Martín, un hombre indigente que se ha convertido en todo un héroe en redes sociales luego de quedarse con un gatito al que le habían ordenado que tenía que botar.
El señor, que por lo general deambula en distintas calles de la localidad de San Juan de Lurigancho en Perú, ha demostrado tener un amor incondicional por los gatos y un gran corazón, a pesar de que algunas personas lo obligan a hacer trabajos sucios como botarlos.
A través de la publicación de un usuario llamado José Enrique Bustamante Lozano, se dio a conocer la historia de Martín, quien fue encargado de deshacerse de este indefenso felino, porque probablemente causaba molestias en su antiguo hogar.
Sin embargo, en vez de botar al gatito y dejarlo a su suerte, decidió que la mejor opción era adoptarlo temporalmente hasta encontrar un nuevo hogar en donde sí merezcan el cariño que este animal puede ofrecer, y que el también sea querido como corresponde, algo que no tuvo con sus ex-dueños.
La historia contada en Facebook despertó el interés de muchas personas que son de la zona, quienes pidieron más información acerca de la mascota y cómo podrían contactarse con Martín, su actual dueño temporal.
A través de la misma publicación, se indicó a los interesados en adoptar a la mascota o ayudar a Martín, pueden acercarse directamente al mercado Tahuantinsuyo, donde podrán encontrar a ambos.
Si bien hasta el momento no hay actualizaciones con respecto a la situación del gato, es decir si fue adoptado o no, muchos vecinos de la zona han decidido brindarle apoyo al indigente hasta que la situación que vivimos por la pandemia, acabe. Son tiempos difíciles, por lo que alimentar a dos bocas no es fácil para Martín.
¡Siempre hay situaciones donde un buen corazón sale a relucir!