Las personas afectadas de hipotiroidismo deben enfrentar varios desafíos en lo que se refiere al tratamiento de su enfermedad y el aumento de peso se transforma en un problema que no tiene que ver directamente con la cantidad de alimentos que ingerimos sino con los trastornos que afectan a la glándula tiroides que es la responsable del metabolismo, además de otras funciones generales del organismo.
El hipotiroidismo es principalmente una disminución del ritmo metabólico generado por una secreción insuficiente de la hormona tiroidea. Esto convierte al aumento de peso en un problema, ya que las personas encuentran dificultad en poder estabilizarlo y llevar una vida sana.
Es muy frecuente que esta enfermedad que es una inflamación que deteriora las células de la glándula tiroides, afecte mayormente mujeres mayores de 50 años; aunque en menor cantidad, puede declararse en mujeres más jóvenes e incluso en hombres, aunque eso casos son mucho más raros.
Pero el aumento de peso que produce este desorden metabólico no es el único síntoma asociado al hipotiroidismo. A pesar de mantener un apetito estable o incluso disminuido, muchas personas no logran controlar el peso y junto con esto se presentan al mismo tiempo otros síntomas:
– Fatiga y cansancio, Cabello quebradizo o caída del cabello, Cambios en el humor, Falta de concentración, Depresión, Calambres, musculares, Sequedad de la piel, Uñas débiles, Infertilidad, Aclaramiento de las cejas, Insomnio, Hormigueos.
Frente a todos estos inconvenientes, es normal que las personas afectadas se resignen al aumento de peso porque no pueden atender tantas cuestiones al mismo tiempo.
¿Porque aumentamos de peso?
Estas dos hormonas son las que envían al organismo los mensajes de la regulación del metabolismo y el consumo de energía. De esta manera, la tiroides es responsable de la eficacia del organismo para quemar grasas, interviene en el aumento de peso y la duración del sueño.
Cuando la glándula tiroides deja de funcionar como debería, el metabolismo se ralentiza y comienza a ganar peso además de sumar otros síntomas como los que ya hemos mencionado.
Incluso algunas personas pueden sufrir de hipotiroidismo y desconocerlo, por eso es tan importante al momento en que notamos que nuestro peso se incrementa, consultar con un especialista.
Los síntomas que presenta el hipotiroidismo no son fáciles de controlar, pero afortunadamente existen tratamientos para mejorar esta condición y hacer que nos sintamos mejor. Sin embargo, está demostrado que una alimentación sana e incorporar hábitos saludables ayuda a contrarrestar los efectos negativos del hipotiroidismo.

Vamos a compartir algunos consejos claves en lo que se refiere a la alimentación para ayudarte a perder peso en caso de que estés atravesando esta enfermedad porque es una de las primeras cosas que debemos hacer: modificar la alimentación.
1) Harinas integrales: Los alimentos que contienen harinas refinadas contribuyen a incrementar el peso porque permiten la acumulación de grasas. Busca los equivalentes de las harinas refinadas y cámbialas por harinas integrales que son más sanas y al mismo tiempo permiten controlar la tasa de glucemia.
2) Grasas saludables: Las grasas cumplen también una función en el organismo y no deben ser erradicadas por completo, pero sí podemos optar por alimentos que contienen grasas saludables y que son mucho más fáciles de metabolizar. Algunos de estos alimentos son: Pescados blancos, Carnes magras, Aceite de coco, Aceite de oliva, Granos y semillas.
3) Cenas livianas: “Desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo”. ¿Alguna vez escuchaste este dicho popular? Se adapta perfectamente a la vida saludable que cualquiera debe tener. El desayuno es la comida más importante que luego debemos reforzar con un almuerzo para terminar el día con una cena ligera que nos permita una fácil digestión y un buen descanso.
Prepara una comida liviana que incluya vegetales y muy pocas grasas y procura cenar dos horas antes de irte a dormir porque tampoco es una buena idea ingerir alimentos difíciles de digerir y en grandes cantidades.
4) Bebe agua: Otro buen consejo que también se adapta a todos es consumir de manera diaria una buena cantidad de agua y esto al mismo tiempo es determinante para evitar la deshidratación y favorecer la expulsión de desechos.
Si bien todos los líquidos contribuyen a mantenernos hidratados, no es lo mismo beber gaseosas azucaradas o jugos de fruta industrializados que beber agua pura y fresca. Consume al menos 1 litro y medio o 2 litros diarios.
5) Té verde: Una de las bebidas más sanas con las que contamos hoy y que se ha vuelto muy popular porque es rica en antioxidantes y al mismo tiempo contiene propiedades que ayudan a quemar grasas, es el té verde.
Tiene un ligero efecto laxante que previene la constipación y ayuda al buen tránsito intestinal. Asimismo, mejora el rendimiento físico y reduce la fatiga.

6) Consume más fibras: Las fibras refuerzan el proceso de digestión y mejoran el movimiento intestinal evitando de esta manera las inflamaciones y el estreñimiento. También está probado que las fibras brindan saciedad y de esta manera reducen el apetito.
Las fibras al mismo tiempo juegan un rol importante en la función metabólica. Incluye más lechuga, zanahorias, acelga, remolacha, champiñones, calabaza y nabos.
7) Realiza actividad física: Otro buen hábito que todos debemos incorporar más allá de los problemas de salud que cada uno pueda tener. A una alimentación sana se la debe complementar con una rutina de ejercicios que dure al menos 40 minutos.
En algunos casos, muchas personas tienden a volverse menos activos de acuerdo a su condición, pero esto no debe ser impedimento de una actividad física adaptada a las posibilidades de cada uno. Mantenernos activos siempre tiene efectos positivos.
8) Evitar el ayuno: Muchas personas piensan que no comer es la mejor solución para perder peso. ¡No cometas este error! Esto no sólo no te hará perder peso sino que te hará ganarlo porque metabolismo no funciona de esta manera.
Cada mañana, nuestro cuerpo necesita recargar energía para funcionar bien las 24 horas. Si te saltas la primera comida del día, el metabolismo no tiene “combustible” para ponerse en marcha lo que hará que generes hambre a lo largo de la mañana.