Enseña a tu hijo a ser responsable teniendo en cuenta nuestros consejos. Son 3 recomendaciones que consideramos imprescindibles para la formación de un menor. Pero claro, en cada hogar se imparte una enseñanza propia de la educación y los valores que persiguen sus miembros; no obstante, consideramos que nuestros consejos bien que pueden adaptarse a cualquiera de las doctrinas que tenga cada quien.
Sinceramente esperamos que este artículo te sirva para enseñar a tu hijo a ser responsable y, de alguna manera, para seguir avanzando en la difícil pero preciosa labor de educarlo.
1-Dale tareas dentro del hogar
Las tareas del hogar deben ser compartidas por todos los miembros de la familia, desde los más pequeñitos hasta los ancianos. Eso debes enseñárselo al niño.
Él es el mayor responsable de tener su habitación recogida y sus juguetes en su sitio. No está bien que mamá y papá anden el día entero detrás de él para ordenar todo el desorden que hace.
Pero el niño pequeño tiene que aprender que no solo su habitación y sus juguetes son responsabilidad suya porque existen muchas tareas hogareñas que benefician a toda la familia y, por ello, debe ser responsabilidad de todos: la limpieza, la elaboración de los alimentos, el lavado de los platos, el lavado de la ropa, sacar la basura, reciclar, cortar el césped…
El trabajo ennoblece, y mediante el trabajo se aprende a ser responsable, por eso motivo, incluso con apenas un año de edad hay que enseñarle al niño a ayudar en casa ¿Cómo?
Digamos, por ejemplo: Si tu hijo tiene 1 añito, puede ayudarte a alcanzarte la ropa lavada desde su cama hasta su armario, a arrastrar el cesto para la ropa sucia ya vacío hacia el cuarto de baño o el lugar en donde siempre lo pones.
Así mismo debes pedirle que te ayude a cargar las compras desde el auto hacia la cocina: bolsitas de té, un vasito de yogurt o de helado, el pan…, en fin. Para que las responsabilidades no lo cojan de sorpresa cuando se haga mayor, desde que apenas levanta algunos centímetros del suelo y camina, debes enseñarle a ayudarte en casa.
2-Enséñale a preocuparse por los demás
Con 2, 3, 4 años el niño debe aprender a preocuparse por los demás y ayudarlos toda vez que lo necesiten. Así también le estarás enseñando a ser responsable con sus semejantes. Su mayor responsabilidad radica en estudiar y aprender algo nuevo cada día, pero debe conocer que quienes le rodean lo necesitan tanto como él a ellos.
Si a mamá le duele la cabeza y se acuesta él puede muy bien acariciarle la frente para que se le quite el dolor y estar un rato junto a ella.
Enseñar a un niño a amar y querer a los demás también es preocuparse por su bienestar físico y emocional. Es importante que el menor no siempre sea el centro de las preocupaciones familiares. Él tiene que aprender que los restantes miembros del núcleo son humanos y, como tal, importantes.
3-Prémialo por su buen comportamiento
Por último queremos hablarte sobre el significado de los premios en la formación de un menor y lo mucho que ellos van a ayudarlo a ser más responsable, aunque en principio no lo creas así.
Ten en cuenta que cuando hablamos de premios, en este caso, no nos referimos a una bici, un tablet, un móvil, un paseo, o cualquier otro obsequio material que se le pueda dar. Hablamos de premiarlo mediante el elogio, las muestras de cariño y la ponderación de la autoestima.
Un niño que es responsable consigo mismo y con los demás debe recibir alabanzas y elogios de los adultos que le rodean. Hay que destacarle sus buenas acciones y su comportamiento.
Pero claro, tampoco hay que pasarse porque eso podrá formarle cierta egolatría. Si por ejemplo, hoy, además de sus habituales responsabilidades: hacer la tarea del colegio, sacar la basura, recoger su cuarto y sus juguetes, se preocupó por ayudar a mamá a servir la mesa y a papá a cortar las hierbas del jardín bien que se merece un buen elogio:
¡Qué niño más responsable!, ¡Como estás creciendo! ¡Muy bien, así se hace! Gracias… Porque él, así como todos, necesita recibir una retroalimentación que le indique si está haciendo lo correcto, y lo mucho que los demás lo valoran.
Ten en cuenta que a los niños les encanta ser útiles y recibir los deliciosos elogios de: un beso, una sacudida de cabello, un abrazo, o una frase alentadora de: ¡qué niño más bueno, como ayuda a su mamá! Además, si es cierto ¿por qué no decírselo? Quién mejor para ensalzarlo que tú: su mamá.